Las actividades recreativas en el colegio
Estamos acostumbrados a esperar que los niños sean invisibles, que no molesten, no hagan ruido y no alteren el mundo ‘normal’, que entendemos que es el de los adultos. En la casa, por ejemplo, como consecuencia de los cambios repentinos en los modelos de trabajo y de estudio, y de las medidas sanitarias de aislamiento tomadas por la crisis en la salud pública en todos los países del mundo, los niños y adolescentes han aportado el mayor sacrificio de encierro y aislamiento que va en contra de su desarrollo natural y social, por un tiempo que se ha sentido como una eternidad.
La crisis del coronavirus generó un mayor dominio de los adultos por los espacios, el ambiente, los problemas, las soluciones, y las pequeñas y grandes decisiones, etc., convirtiéndose los adultos en el centro de gravedad del mundo. Los niños y adolescentes han desaparecido completamente de la vista pública, pasando a ser un asunto exclusivamente privado de sus padres, y solo de sus padres porque el contacto con sus profesores, amigos y demás compañeros de estudio es ahora solo virtual.
El magisterio define el juego como una actividad natural, libre y espontánea, que actúa como un elemento de equilibrio en cualquier edad porque tiene un carácter universal, pues atraviesa toda la existencia humana, que necesita de la lúdica en todo momento como parte esencial para su desarrollo armónico; la lúdica es una opción, una forma de ser, de estar frente a la vida y, en el contexto escolar, contribuye en la expresión, la creatividad, la interacción y el aprendizaje de niños, adolescentes, jóvenes y adultos. Pero la lúdica es, además, una herramienta de formación en lo social, para mejorar las relaciones interpersonales, para elevar la sensibilidad del individuo, y para fortalecer valores como la compasión, el respeto, la responsabilidad, la tolerancia, la solidaridad, la confianza y otros muchos valores individuales, necesarios en una sociedad sana.
Debemos tomar conciencia sobre la realización de actividades recreativas en el colegio y en el aula, pues es importante considerarlas un derecho y una necesidad de los estudiantes; esto implica que, dentro de la labor de los profesores, estas actividades deben ser parte de un permanente plan en crecimiento, que, entre otras cosas, va a permitir que el “ambiente escolar” del curso pueda mejorar cada día.
Es así que las actividades recreativas son atractivas y motivadoras, captan la atención de nuestros alumnos hacia un aprendizaje especifico, encontramos beneficios en los juegos al aire libre y en las actividades lúdicas ya que mediante ellas, el niño adquiere conocimiento y conciencia de su propio cuerpo, dominio de equilibrio, logra control de sus reacciones voluntarias y hasta de la respiración, también provoca la disposición de su capacidad corporal, maneja una estructura espacial y mayor posibilidad al mundo exterior, estimula la percepción sensorial, la coordinación motriz y el sentido del ritmo, mejora notoriamente la agilidad y flexibilidad del organismo particularidades que son importantes para reconocer en el niño sus diferentes etapas del desarrollo.
La lúdica en los primeros años de formación, es parte fundamental de los procesos de aprendizaje, pero también de socialización y se debe partir de los principios que rigen la educación preescolar como son: la integralidad, participación y la socialización, esto enfocado al desarrollo de las dimensiones cognitiva, comunicativa, socio afectiva, corporal, estética, ética y espiritual. Las actividades recreativas al aire libre favorecen en los individuos la autoconfianza, la autonomía y la formación de la personalidad, convirtiéndose así, en una de las actividades entretenidas y educativas primordiales.
En todas las culturas se han desarrollado las actividades recreativas de forma natural y espontánea, pero para su estimulación, se hace necesario que los docentes dinamicen espacios y tiempos idóneos para poder compartirla.
En la antigüedad, la especie humana disponía de muy poco tiempo para la recreación, ya que la mayor parte del día se usaba para buscar alimento. Sólo, con el desarrollo de la agricultura, el ser humano comenzó a disponer de tiempo para recrearse, el cual poco a poco fue aumentando.
Luego con la Revolución Industrial, se pudo disponer de más tiempo para realizar actividades recreativas. Y hoy, la recreación ya es considerada como un derecho (Naciones Unidas, 1948) del cual todos debemos disfrutar; y más aún, es una necesidad humana.
La sensibilidad hacia las actividades recreativas se ubica en el campo de las competencias, la expresión, la personalidad y el placer, que encierran todas, un compromiso de entrega. En las salidas recreativas para colegios ofrecemos posibilidades de expresión de sentimientos y valoración que permitan a los estudiantes su desarrollo integral para ser capaz de amarse a sí mismo, de amar a los demás, en el mejor sentido de la expresión, favoreciendo de esta manera el desarrollo de actitudes de pertenencia, autorregulación, confianza, singularidad, eficiencia, satisfacción. Del mismo modo en las actividades recreativas, se incluyen el pensamiento creativo, solución de problemas, habilidades para aliviar tensiones y ansiedades, así como la habilidad para usar herramientas y desarrollo del lenguaje.
Y cuando pensamos en actividades recreativas, nos estamos refiriendo a: actividades de orientación en el campo, discusiones entretenidas, solución de problemas en grupo, juegos en el patio en áreas abiertas y al aire libre, juegos de competencia, expresiones artísticas, reuniones informales dentro y fuera del colegio, salidas a la granja, excursiones, caminatas ecológicas, en fin una serie de actividades que generan variedad de beneficios, destacando el hecho de que se mejora la comunicación entre los estudiantes y con el docente; además el profesor tendrá la oportunidad para conocer a sus estudiantes en otras facetas; existirá la posibilidad de identificar algunos aspectos de los menores que no es posible identificar dentro de una aula, en el modelo tradicional de clases.
Asimismo, indirectamente, se pueden mejorar los procesos de comunicación entre padres, hijos y profesores; resultando los participantes de las actividades más felices. Iniciativas que por lo demás, es importante enfocarlas de manera positiva en la salud de los estudiantes, como por ejemplo cuando se promueven hábitos sanos.
Por supuesto que, en todas las actividades, y como siempre, se deben tomar las medidas de seguridad necesarias para que todo salga bien.
Entonces, la labor de padres, acudientes, docentes y directivos es potenciar y permitir las actividades recreativas. Luego de realizadas, estamos seguros que todos preguntarán: ¿Cuándo programamos una nueva actividad?