El valor de la amistad en los equipos de trabajo
En los equipos de trabajo en los que además se valora la amistad, existe mayor lealtad y los logros de equipo, indiferente de la causa de la empresa, se consiguen por la fuerza de la lealtad con sus compañeros.
Desde la óptica del trabajo en equipo, el capital social es muy importante, pues se refiere al conjunto de valores, emociones positivas y voluntades que posibilita la cooperación entre los miembros del equipo.
La amistad facilita que la gente sea más feliz y también más productiva. Así es, las relaciones de amistad entre compañeros de trabajo crean un ambiente agradable pues la gente se siente más contenta y se aprecia mejor el entorno laboral, la empresa y las sensaciones que allí se viven. Lo primero y más importante es entender que la amistad en el entorno laboral significa respetar a todos los compañeros, sin prejuicios ni estereotipos, aportando experiencia y solidaridad, en favor de alimentar un equipo de personas que se entienden y que son, en sí, parte del significado de la organización por la que trabajan.
En los momentos de dificultad es importante contar con alguien en quien confiar para desahogarse.
Disponer a la mano de un grupo de amigos ayuda al mejor manejo de las situaciones de estrés propias del trabajo.
Compartir las experiencias o simplemente la jornada, en un entorno positivo, favorece para que las horas que la gente pasa en su trabajo sean más llevaderas y agradables.
Las relaciones cordiales, de confianza y de respeto mutuo promueven la creatividad y el diálogo fluido en la construcción de ideas.
Por tanto, la competencia desmedida no conduce a ningún lado. El compromiso compartido es el verdadero camino del éxito.
No obstante, si se quiere que sea la verdadera amistad la que lleve a ser empresas más responsables y a la vez que eficaces, se debe evitar caer en la valoración gratuita, esta debe venir de la mano del respeto y la consideración por los méritos necesarios.
También se debe asumir que en los entornos laborales pueden surgir situaciones en las que no se puede balancear algunas decisiones en prejuicio de la amistad o del éxito laboral, para lo que es necesario establecer límites responsables entre las relaciones amistosas con los compañeros y las relaciones puramente profesionales.
Por otro lado, el jefe puede ser el mejor amigo de su equipo de trabajo, pero esta amistad debe ser respetuosa sin saltarse las normas éticas del trabajo. La calidad global del entorno laboral depende también del buen ejemplo y de las relaciones correctas.
Con el paso del tiempo, la amistad se fortalece de manera espontánea, la convivencia lleva consigo aficiones, gustos e intereses en común, compartiendo preocupaciones, alegrías, tristezas, y la seguridad de contar con un apoyo incondicional.
La esencia principal de la amistad, radica en los valores que son el cimiento de las relaciones duraderas, y compartir los valores en un equipo de trabajo es la mejor estrategia para obtener logros.
Es de fundamental importancia mostrar una personalidad única con todos los miembros del equipo de trabajo y en todos los ambientes o situaciones por difíciles que sean: vocabulario, modales, actitudes, opinión, y una conducta en general coherente con la lealtad y el respeto, aprendiendo a controlar las emociones aún en casos que parecieran extremos.
Nada es más desconcertante que descubrir distintas formas de ser en una misma persona, esto afecta significativamente la comunión expedita, a la vez provoca desconfianza y demuestra falta de madurez.
Adaptarse a los distintos ambientes facilita la comunicación y permite a su vez ampliar el círculo de amistades. Ser flexibles y aprender a ponerse en el lugar del otro ayuda a entender diferentes conductas. Signos evidentes de flexibilidad son: ceder la palabra; rectificar la opinión, pedir disculpas públicas; participar de las actividades y aficiones que gustan a los demás (sin afectar valores o principios morales), aceptar de manera sincera los consejos igual que los reclamos y las recomendaciones con sencillez y serenidad.
Una persona puede tener varios amigos con intereses diametralmente opuestos, pero la flexibilidad permite alejar el sentimiento de competencia y de exclusividad que muchas personas equivocadamente reclaman, pues cada persona por ser naturalmente diferente aporta definitivamente algo distinto en la vida de los demás, en eso consiste el enriquecimiento personal y el cultivo de amistades.
La comunicación, es un elemento muy importante para fortalecer el valor de la amistad, esto significa mostrar el interior de una experiencia a los amigos, con la sinceridad de las palabras, transmitiendo de verdad los reales puntos de vista, y la manera de sentir, sólo así, existe un intercambio sincero y verdadero de pensamientos que desembocan en la comprensión y el entendimiento formal.
Es importante fortalecer la generosidad, eso significa hacer lo posible por disponer de tiempo, recursos, conocimientos y las cualidades cuando los demás miembros del equipo de trabajo lo necesiten, en actitud proactiva donde no importa realmente si se requiere o nó ayuda.
La generosidad, no tiene barreras, pues los amigos dan todo de sí desinteresadamente y sin límites; están muchas veces pendientes de las preocupaciones y de las necesidades; acompañando la enfermedad y los malos momentos; gozan de los triunfos y de las alegrías, sin el sentimiento mezquino de la envidia y otros sentimientos negativos
No hay riqueza más valiosa que la lealtad de un buen amigo seguro. Ser leal, supone realmente ser una persona de palabra, que responda con fidelidad a los compromisos que la amistad lleva consigo; los amigos nobles no critican, ni murmuran, ni traicionan una confidencia personal, y siempre se encuentra veracidad en sus palabras. Son verdaderos amigos, quienes defienden a capa y espada los intereses y el buen nombre de sus amigos. Ser leal, también es hablar claro y ser muy franco; la lealtad también se demuestra al corregir a un amigo que se equivoca al tomar una decisión importante en su vida cotidiana.
Un pequeño detalle de agradecimiento fortalece enormemente el valor de la amistad, devolver favores en la misma proporción ó cualquier manifestación amable, entre los amigos hasta dar las gracias sinceramente como reconocimiento efectivo a una ayuda desinteresada que se ha recibido. Es necesario hacer sentir que los pequeños detalles son espontáneos, y que a la vez representan verdaderas muestras de afecto, pero nunca deben aparecer como “pago” al beneficio que desinteresadamente recibimos, pues los obsequios, invitaciones y otros detalles, son elementos naturales de una amistad sincera.
Los verdaderos amigos en los equipos de trabajo, siempre ayudarán a sus amigos a superarse y a vivir mejor, porque el interés está puesto en la persona, no en las posesiones, nivel social u otros intereses diferentes al ser humano que pueda ser. La confianza, el consejo oportuno sobre las buenas costumbres, hábitos, diversiones ó el orden de nuestros afectos, constituyen muestras claras de un gran aprecio, compromiso y de responsabilidad.