Quince años atras del distanciamiento físico no se contaba con los “avances tecnológicos” actuales que impactaran directamente las comunicaciones organizacionales. Hoy, la productividad empresarial depende, en gran medida, de estas herramientas, pues su uso es ilimitado.
Es así como, el Internet o la intranet, por ejemplo, permiten la disponibilidad de los colaboradores de tiempo completo y que se comuniquen con personas sin importar la distancia, generando vulnerabilidades en la seguridad de la información corporativa en el nivel que exige este tipo de procesos empresariales.
De hecho, la velocidad con la que se transmite la información, también puede impactarlos negativamente; cuando los colaboradores no se encuentran alineados con los objetivos empresariales, como consecuencia de un clima laboral debilitado y contaminado por la presión y la carga laboral mal gestionada, aprovechan la tecnología para compartir información con el fin de conseguir beneficios individuales, sin medir las consecuencias. De ahí, la importancia de alinear a los trabajadores hacia objetivos y beneficios comunes, que eviten la fuga de información y fortalezcan la lealtad hacia las organizaciones para no afectar la productividad organizacional.
En la actualidad, se hace cada vez más evidente la necesidad por mantener la confianza entre trabajadores y empresas, pues la crisis sanitaria generada por el COVID19, ha desorientado algunos de los procesos empresariales. Y aunque los avances tecnológicos en comunicación (chats, video llamadas, aplicaciones, correos electrónicos y redes sociales, entre otros) han permitido enfrentar el distanciamiento físico, se perfilan como armas de doble filo, que si no se gestionan adecuadamente, pueden llegar a ser contraproducentes en las relaciones comerciales, ya sea por la incertidumbre, la depresión o simplemente por falta de motivación y el miedo.
La nueva dinámica del teletrabajo y de distanciamiento físico que se plantea para retardar el avance del virus, requiere que las empresas establezcan una reingeniería no solo en los procesos de liderazgo para comprometer y motivar a los colaboradores sino en los procesos de interacción y comunicación dentro de los entornos virtuales, para sostener el margen de productividad necesario para enfrentar la actual crisis económica.
En este orden de ideas, se hace cada vez más necesario no solo el reforzamiento y mejoramiento de los métodos productivos y comerciales sino la reconstrucción de las culturas y climas organizacionales para que respondan adecuadamente a las dinámicas de la nueva realidad, sin afectar la productividad empresarial.
Trabajar en el mejoramiento de las competencias de los trabajadores para que ejerzan sus funciones con lealtad, compromiso y satisfacción es la misión más importante en esta época. En este sentido se hace necesario un liderazgo adaptativo y responsable que se anticipe y brinde respuestas rápidas a los actuales conflictos económicos, sociales y políticos, para superar las tensiones y alinear los objetivos globales de los negocios.
Un nuevo estudio realizado por Accenture Research, empresa estadounidense que evalúa los comportamientos de los consumidores, advierte que los directivos deben concentrarse en mejorar las áreas físicas, mentales y relacionales de sus colaboradores, para desarrollar habilidades de adaptación que respondan de forma proactiva, aumenten la confianza, la comunicación y el sentido de pertenencia hacia sus lugares de trabajo.
Hoy más que nunca, es imprescindible contar con colaboradores que ofrezcan nuevos puntos de vista y estrategias innovadoras para superar los conflictos que la nueva realidad empresarial está enfrentando.