Pensar en la simplificación de los procesos empresariales se ha convertido en una de las estrategias más importantes en su productividad. Esta simplificación está relacionada con la capacidad de eficiencia, eficacia y coordinación entre los diferentes departamentos.
El impacto de la productividad global en una empresa se mide con el rendimiento de la materia prima, el tiempo y la inversión utilizados, frente a la cantidad de productos y servicios que se ofrecen en el mercado. Garantizar el aprovechamiento de estos recursos impacta positivamente los estados financieros. ¿Cuál es la mejor manera para que ocurra esto?
La respuesta está en la participación. Involucrar a los colaboradores en los procesos de transformación de estos recursos es fuente de desarrollo, crecimiento, progreso y bienestar para las organizaciones; pues son ellos, los directamente responsables por su manejo, producción y comercialización.
De ahí, la importancia de crear ambientes colaborativos para apoyar los procesos industriales y de servicio, impulsar la formación y motivación de equipos de trabajo y, crear nuevas formas de trabajo productivo.
Si bien, la modernización e innovación son fundamentales para lograr la diferenciación de la competencia y la supervivencia de la empresa, no siempre fideliza ni compromete el comportamiento de los colaboradores. Una máquina pierde significado sin el conocimiento y la voluntad de los trabajadores para optimizar los resultados.
El aprendizaje como ventaja competitiva de la productividad empresarial:
El aprendizaje dentro de las organizaciones además de elevar la productividad, permite cambios en la conducta humana, eleva la capacidad de adaptación a la realidad y predice el desempeño de los colaboradores. En este sentido, las organizaciones cuentan con la posibilidad para diseñar programas de capacitación de acuerdo con las características de los trabajadores, facilitando la evaluación de los resultados y la gestión del conocimiento.
La cultura organizacional y los valores compartidos, resultado de procesos de aprendizaje, influyen directamente en la productividad empresarial. Una estructura organizacional que recoge, analiza, almacena y emplea información relevante de manera sistemática, logra mayor productividad y compromiso organizacional.
Aprender implica reconocer el error, brindar soluciones a los problemas, asumir responsabilidades y desaprender lo que no es útil. Por esto es tan importante el desarrollo de eventos empresariales porque, a través de las diferentes actividades, los participantes rompen paradigmas, recuperan conocimientos valiosos y reconocen la importancia del trabajo de los demás.
Las empresas competentes aprenden colectivamente y crean una cultura de conocimiento compartido que fortalece la productividad y los equipos de trabajo. Las estructuras empresariales horizontales que promueven el aprendizaje, hoy por hoy, incrementan la interdependencia de actividades, la solidaridad y la colaboración entre sus miembros. Por esta razón, las organizaciones que quieren sobrevivir deben aprender y divulgar constantemente su visión, para que sus colaboradores cambien su forma de pensar y compartan las diferentes experiencias de adaptabilidad y cambio.
Los gerentes, socios y líderes empresariales, que entienden esto, avivan la divulgación de la visión empresarial en cada una de sus actividades. De tal manera que siempre se mantienen conectados con el aprendizaje para alcanzar metas futuras y mayor productividad.