Mientras la necesidad de seleccionar, capacitar y retener a las personas que conforman la fuerza administrativa, operativa, comercial e integral de una empresa, en un mundo cada vez más competitivo, es un propósito de liderazgo imprescindible, pues asegura el reconocimiento y fidelización de los clientes; las expectativas de los trabajadores, se centran en encontrar empresas que les permitan desarrollarse integralmente para lograr el equilibrio entre los propósitos personales, familiares y laborales.
Es común que estos intereses, necesidades y expectativas se presenten en todos los rangos de la fuerza laboral. Sin embargo, entre la generación de los “Milennials” (personas nacidas a partir de los 80) el desarrollo profesional y laboral tiene un ritmo diferente por ser una generación digital, conectada y con altos valores sociales y éticos.
Los resultados de algunos estudios especializados y encuestas indican que esta generación conforma la fuerza productiva más capacitada, ya que se han preocupado por obtener altos estándares académicos; y por su carácter independiente; no está entre sus prioridades la estabilidad ni permanencia en una empresa. Situación que desfavorece las relaciones empresariales tradicionales, donde los socios llevaban la delantera.
De ahí la transcendencia de invertir en el talento humano pensando en las individualidades para lograr mejores resultados. Los recursos y el tiempo dedicados a la formación y fidelización de un colaborador, debilitará la dispersión de intereses individuales y preparará las bases para la creación de ambientes, que permitan la búsqueda constante de objetivos comunes.
En consecuencia, la organización y participación en eventos empresariales serán los mejores aliados para que esto suceda, ya que durante su desarrollo, permiten plantear dinámicas de crecimiento personal y corporativo, de acuerdo a las necesidades y características de los participantes. No es coincidencia que las empresas más exitosas sean las que cuentan con la experiencia de transferir conocimiento a sus colaboradores, teniendo en cuenta no sólo sus intereses corporativos, sino, también los de sus colaboradores, para orientarlos hacia sus objetivos.
En el caso de la generación “Milennials” las reuniones empresariales funcionan muy bien, porque además de ser aficionados a las actividades sociales, se convertirán en una fuente de aprendizaje importante que no solo los motivará a ser mejores sino que se sentirán reconocidos y libres para expresar sus ideas.
En ese contexto, las empresas cuentan con varias opciones, dentro de los eventos empresariales, para transmitir competencias y añadir valor al comportamiento de sus colaboradores, que impacten en los resultados corporativos.
A través de actividades sobre:
- Ética en el trabajo.
- Trabajo en equipo.
- Liderazgo y toma de decisiones.
- Planeación y organización de las actividades.
- Eficiencia y eficacia durante el trabajo.
- Pensamiento creativo y crítico.
- Plan de vida.
- Competencias ciudadanas.
- Competencias comunicativas.
- Manejo de conflictos.
- Capacidad de adaptación.
- Responsabilidad ambiental.
- Orientación al servicio.
- Gestión y manejo de recursos.
En definitiva, los eventos empresariales para “Milennials” permiten incentivar el mejoramiento de las relaciones y comunicaciones laborales, la responsabilidad social empresarial y el estilo de vida de cada uno de los colaboradores.