Al terminar los estudios e iniciar una vida laboral las personas siempre buscan un lugar ideal para trabajar. Un buen salario, una oficina confortable, jefes comprensivos, sillas ergonómicas, horarios flexibles, tecnología de punta, capacitaciones constantes, compañeros solidarios y entusiastas y, en general un buen clima laboral que impulse el crecimiento personal y profesional.
Sin embargo, muchas veces la realidad atropella estos ideales y la necesidad de trabajar para cumplir con los requerimientos por la supervivencia de la vida diaria, llevan a la forzosa adaptación a las condiciones presentes generando en ocasiones un silencioso malestar individual.
De repente, las personas se ven involucradas en ambientes laborales donde no solo el conformismo y otros antivalores son frecuentes en el interior de las empresas, generando un clima laboral hostil que afecta las aspiraciones individuales de crecimiento personal y profesional y los objetivos de equipo. Esto reduce las oportunidades para aprender, superarse y contribuir con un desempeño que genere beneficios comunes y rentabilidad para los negocios.
Un ambiente negativo en el lugar de trabajo crea una atmósfera aburrida y estresante para los colaboradores, quienes además de comprometer su salud pueden acabar con la buena imagen de una empresa. Un mal clima laboral no solo provoca situaciones conflictivas, desintegración, desigualdad e incumplimiento sino que genera baja producción económica y de rentabilidad. Y así, este panorama no es alentador ni anima a sentir responsabilidad por influir positivamente en el entorno. Es aquí donde el individualismo empieza hacer estragos y desorienta la misión que una vez fue creada por el bien colectivo.
¿Como Iniciamos una transformación del clima laboral?
En este escenario es urgente definir una estrategia de motivación laboral creando nuevas formas de trabajar, relacionarse, interactuar, cumplir con las tareas específicas y enfocarse en el mayor activo de las empresas, que se resume en las personas que la conforman.
Y es que el clima organizacional no solo es un espacio físico donde los empleados encuentran comodidad para cumplir con sus tareas, sino que está íntimamente conectado con las relaciones interpersonales que se crean es esos ambientes laborales modernos, iluminados y cómodos. Muchas veces, los factores físicos son los menos importante para el buen desempeño de los trabajadores.
Hoy en día, las relaciones interpersonales que se generan en esos espacio físicos para alcanzar la satisfacción de los trabajadores a largo plazo es lo más importante y es hacia donde normalmente se deben dirigir los esfuerzos empresariales. Trabajar por generar colaboración, solidaridad y responsabilidad que permeen todos los procesos de la empresa es una de las mejores estrategias para motivar el trabajo en equipo y las interacciones entre sus miembros.
Capacitar en habilidades gerenciales, comunicativas y de liderazgo es la clave para conseguir resultados positivos dentro de las organizaciones. Actualmente, los colaboradores de una empresa reconocen y valoran más los esfuerzos que las organizaciones, en cabeza de sus líderes, hacen para equilibrar el trabajo con la vida privada que un salario alto o recursos tecnológicos para cumplir con las tareas empresariales. Hoy, la tranquilidad individual no es negociable, por esto es cada día más visible optar por planes y estrategias enfocadas hacia el salario emocional. Transformación del clima laboral
Aspectos como la autonomía, el respeto y el reconocimiento impulsan y consolidan la confianza necesaria entre empleado y empleador. Al crear un fuerte sentido de autonomía, los colaboradores se sentirán empoderados y motivados para dar lo mejor de sí, porque saben que cada esfuerzo será reconocido.
De aquí la importancia de capacitar a los colaboradores con capacidad para tomar decisión para que transmitan la importancia de trabajar en equipo, comunicar claramente las ideas y propender por un ambiente laboral que compense a todos los miembros de la empresa para trabajar coordinada y solidariamente por los objetivos corporativos y así contribuir al bienestar común.