Cuatro Estrategias para Crear y Mantener un Buen Clima Organizacional
Supongamos que un directivo quiere mantener un buen clima organizacional para su empresa. ¿Cuáles serían las acciones más eficientes? ¿Cómo se organiza un plan de trabajo para lograr este objetivo? ¿Por dónde empezar?
Dependiendo de la cultura empresarial, la mejor manera de responder a estas preguntas es reconocer que existen comportamientos humanos que impiden el flujo natural de acciones y buenas prácticas sobre el entorno laboral.
Sin duda, el desempeño individual incide en el desempeño colectivo y viceversa. Por esta razón, una buena manera de iniciar el camino es animar a cada trabajador a sentirse responsable del clima organizacional por su propio bien y el de los demás.
El análisis individual sobre actitudes, fortalezas y debilidades para adelantar acciones que motiven el buen desempeño social y laboral facilita una existencia más provechosa, satisfactoria y agradable frente a un grupo social.
La buena noticia para los jefes quienes deben tratar día a día con diferentes personalidades es que brindar lo que necesita cada uno, no es tan difícil como se podría pensar. El mayor desafío es comprender que cada persona tiene necesidades y motivaciones diferentes que bien gestionadas pueden actuar en favor de la productividad empresarial.
A continuación se explican cuatro acciones para mantener un buen clima organizacional respetando las individualidades.
Dejar triunfar:
El talento, el intelecto y la creatividad de cada empleado es diferente. Entender y sacarle el mejor partido a cada una de estas habilidades y utilizarlas en favor de la empresa impactará en la productividad empresarial. El desafío consiste en descubrir la motivación de cada uno y dejarla fluir para que desarrollen y practiquen las mejores competencias durante el ejercicio del trabajo. Esto no solo, incidirá en los resultados empresariales sino en la vida personal del colaborador, pues además de auto reconocer sus habilidades se sorprenderá de lo que es capaz y cada vez se sentirá más motivado para aportar desde sus acciones y conocimientos, elementos clave para mejorar un proceso organizacional. Un comportamiento voluntario y auténtico impactará en la productividad empresarial y todos serán ganadores.
Elogiar personal y recurrentemente:
Los cumplidos y elogios son un buen aliciente para que los colaboradores se sientan reconocidos y valorados, aumentando la posibilidad de un trabajo más eficaz y productivo, ya que son la motivación para que continúen trabajando por el cumplimiento de los objetivos corporativos. Los empleados son receptivos a los elogios auténticos. Cuando alguien es reconocido frecuentemente aumenta su productividad y eficiencia. Así que una buena estrategia para gestionar un buen clima organizacional es cultivar el hábito de felicitar públicamente, teniendo cuidado en evitar la adulación, para evitar el efecto contrario. Con los elogios se satisface la necesidad de aprobación que todos los humanos necesitan.
Establecer los límites:
Las expectativas de desempeño de algunos líderes y trabajadores desgasta, en algunas ocasiones, la vida laboral de los colaboradores. Muchas veces por hacer más se hace menos, desperdiciando recursos y tiempo. Establecer límites a través de la comunicación para no correr el riesgo de trabajar en vano es clave para el buen ejercicio de la productividad empresarial.
La lúdica para lograr trabajo en equipo:
Los jefes deben crear entornos o ambientes en los que los colaboradores reconozcan la importancia de la cooperación, con el fin de alcanzar objetivos comunes. Sin duda, esto obliga a entender la definición de “esfuerzo compartido” dentro del desempeño de los trabajadores para lograr renunciar al yo y repensar el “nosotros”. Se trata de modificar actitudes demostrando con ejercicios prácticos las consecuencias negativas del trabajo individual dentro de una empresa.
Sin duda, existen infinidad de acciones que los líderes pueden emprender para lograr el bienestar personal y la productividad empresarial. Trabajamos diariamente en la investigación y desarrollo de prácticas para facilitar la comprensión del comportamiento individual y grupal de los miembros de una organización con el fin de alcanzar dinámicas productivas e incrementar los beneficios de los negocios desde un enfoque humanístico.