Cada día se hace más evidente la importancia y el impacto que genera un buen o mal clima laboral dentro de los resultados productivos y de rentabilidad de la empresa. Por esto, los líderes empresariales deben fomentar el entendimiento y la participación de cada colaborador, para buscar y encontrar su mejor versión en pro de los objetivos empresariales.
El interés por capacitar y fortalecer a los trabajadores de la empresas, en habilidades duras y blandas, es un factor imprescindible para el buen clima laboral.
¿Qué son habilidades duras?
También conocidas como “Hard Skills” son competencias profesionales o técnicas, que se aprenden a través de programas de formación o por experiencia laboral y son necesarias para sobresalir en los puestos de trabajo de acuerdo a los requerimientos formales y técnicos, para realizar una o varias actividades.
Estas competencias son evaluadas a través de pruebas o test para comprobar dichos conocimientos y, en la mayoría de los procesos de selección empresarial, estas habilidades cobran un valor importante, a la hora de tomar decisiones para conformar equipos de trabajo. Contabilidad, informática, lenguajes de programación, diseño gráfico, química o idiomas son ejemplos de estas habilidades, que se aprenden en capacitaciones, cursos o estudios académicos.
¿Qué son habilidades blandas o “Soft Skills”?
Son las habilidades que se aprenden y se demuestran durante el desarrollo del trabajo y están relacionadas con la forma de ser de cada individuo, competencias sociales, comunicativas, aptitudes e inteligencia emocional. Estas habilidades dependen de la personalidad de los individuos, de las experiencias y percepciones, pero también de la voluntad que exista para mejorarlas.
En este sentido, facilitar a las personas el mejoramiento de su aprendizaje en tecnología, matemáticas, inglés o contabilidad, entre otros conocimientos, contribuirá al desarrollo empresarial. Sin embargo, facilitar a los colaboradores el fortalecimiento de capacidades comunicativas, de liderazgo, negociación o resolución de problemas, entre otras, suavizará las relaciones internas y externas de la empresa, mejorando su reputación y productividad.
Por esta razón, el trabajo constante, a través del desarrollo de actividades lúdicas, que faciliten la interacción, mejoran las habilidades comunicativas, elevan el sentido de pertenencia, fortalecen el trabajo en equipo, potencian el liderazgo y optimizan las relaciones interpersonales entre los colaboradores.
Motivar, fortalecer, dirigir y facilitar las habilidades blandas, para alcanzar objetivos empresariales, es el desafío más importante de los líderes, gerentes y socios de las compañías, pues transforman a las organizaciones en motores de cambio social y económico.
La importancia de cultivar las habilidades blandas para el beneficio empresarial:
Un reciente estudio adelantado por la Universidad de Harvard, la Fundación Carnegie y el Centro de investigación de Stanford, devela la importancia de la relación entre habilidades blandas y la empleabilidad a partir de 2030.
Dicho estudio revela que “el 85% del éxito en el rendimiento de un profesional, depende de su capacidad para desarrollar habilidades blandas y personales tales como: la comunicación, la resolución de problemas, el pensamiento crítico, trabajo en equipo, el emprendimiento y la creatividad”.
Es así como, el desarrollo de habilidades blandas, han tomado mayor importancia en los procesos empresariales de selección de personal, hasta el punto de brindar una mejor valoración, que las habilidades disciplinares y técnicas, pues ellas necesitan dedicación y repetición; las blandas, voluntad y entendimiento a la hora de identificar problemas, así como capacidades especiales para la búsqueda y evaluación de información para llegar a conclusiones lógicas y de sentido común.