Una empresa productiva y rentable, requiere colaboradores capaces de identificar y ejecutar acciones que contribuyan a su buen desarollo organizacional. Sin embargo, el desarrollo de estas competencias se debe nutrir diariamente para lograr que todos los miembros de la empresa estén alineados, comprometidos y felices con la misión de empresa.
Psicología positiva y la Empresa Productiva:
Solo a través de la creación de conexiones sociales positivas que generen felicidad, se maximiza el potencial latente de los individuos y de los equipos de trabajo. No es casualidad que en los laboratorios de la Universidad de Harvard se hable sobre los efectos de la psicología positiva en la productividad empresarial y sobre el impacto de los “cerebros positivos y felices”, como la mayor ventaja competitiva en la economía moderna.
Por “cerebros positivos y felices” se entiende la capacidad y el equilibrio emocional que tienen las personas para enfrentar las diferentes circunstancias existenciales. Sin embargo, durante la vida laboral, esta capacidad adquiere un valor trascendental, pues la mayor parte de esta, se dedica al trabajo y por ende a las relaciones interpersonales.
Tomarse el tiempo para considerar y aplicar mecanismos que fortalezcan la salud psicológica y mental de los colaboradores de las empresas es la inversión más eficaz, dentro de las estrategias establecidas para intensificar la productividad y rentabilidad empresarial. Fortalecer el espíritu comunitario en el trabajo es indispensable para alcanzar una cultura laboral de alto rendimiento.
La construcción de amistades sanas y relaciones positivas que brinden felicidad son manifestaciones que impactan la sostenibilidad del talentos humano necesarios para la empresa productiva. Donald Clifton, profesor de psicología educacional en Estados Unidos, desarrolló una encuesta denominada Q12, en la que preguntó sobre la importancia de la amistad en el trabajo y los resultados demostraron que “los trabajadores que tienen un amigo en el trabajo tienden a concentrarse mejor, a ser más apasionados y felices con lo que hacen y a ser más productivos y leales con la organización… se enferman con menor frecuencia, sufren menos accidentes y cambian de trabajo a un ritmo más reducido… incluso tienen clientes más satisfechos” (Gallup, 1999).
De acuerdo con lo anterior, es necesario crear oportunidades para propiciar relaciones sociales dentro de los lugares de trabajo para generar responsabilidad social, felicidad y productividad. “Los compañeros de trabajo que vemos diariamente tienen el potencial de aumentar nuestra felicidad como si ganáramos 100.000 dólares más al año” (“Social connection makes a better brain” Smith, 2013).
El objetivo de trabajar en las emociones y en las relaciones humanas es permitir que los individuos y los equipos de trabajo se mantengan empáticos, flexibles pero sobre todo felices y concentrados para lograr un mejor rendimiento físico e intelectual que se ven reflejados en la empresa productiva.
En este sentido, uno de los espacios más valorados por los líderes y gerentes exitosos a nivel nacional e internacional es el que ofrece el desarrollo de eventos empresariales, pues a través de ellos, no solo se fortalecen las competencias de cada uno de los participantes sino que se implementan acciones que facilitan a los líderes hacer frente a las decisiones difíciles; permiten la unión, la productividad, la sana competencia, el compañerismo y la solidaridad entre los colaboradores.