Paseo al río

Para lograr que la gente despierte un verdadero amor por la naturaleza el mejor camino es enriquecer sus experiencias, planificar actividades de campo y al aire libre con el objetivo de enseñarles a apreciar el medio ambiente, facilitar el contacto del niño con el campo, montañas, ríos, y todo lo que comprende la naturaleza, y darles la posibilidad de observar, preguntar, y expresar sus ideas a partir de sus propias vivencias, que se relacionen con cada tema.

Es muy importante que los niños, desde muy pequeños, aprendan, a través de sus padres y sus educadores, a respetar y a valorar la naturaleza, por esta razón en nuestros planes recreativos y caminatas, pero además en este plan específico consideramos incluir los niños y nos preparamos con la logística necesaria para lograr en ellos la mejor y más agradable recordación, con el fin de que quieran regresar a realizar este tipo de actividades y desarrollen hábitos sanos relacionados con su propio cuidado y el cuidado del medio ambiente.  El amor por la naturaleza los llevará a elevar su autoestima amándose a sí mismos, para luego amar y apreciar el mundo natural y a actuar en consecuencia con estos sentimientos, contribuyendo a su cuidado y preservación.

La gente puede desarrollar amor por la Naturaleza: teniendo contacto con ella siempre que sea posible, por ejemplo, en los paseos por el campo y a los rios, en paseos a las fincas, aprendiendo a plantar un árbol o aprendiendo a cultivar un huerto, buscando y dibujando insectos, contemplando las aves, sus formas, sus colores, jugando con la naturaleza, respetando y cuidando a una mascota y admirando a los demás animales, los ríos, a las plantas y sus flores, visitando los parques naturales, evitando botar basura en la calle, en el campo, en los ríos y en el mar, ahorrando agua, luz y energía, etc.

Este plan de caminata al río, tiene el propósito de realizar una actividad saludable al aire libre, pero además brindar la oportunidad a los asistentes de todas las edades para aprender a valorar los ríos, que son verdaderos pulmones de nuestra sociedad industrial, contaminadora y depredadora, siendo necesario primero conocerlos, para luego entender el daño ecológico que producen los residuos sólidos que se les arrojan, y la manera como pueden ser recuperados.

El paseo al río ha sido en nuestras comunidades una actividad tradicional en la que luego de una caminata cargados de elementos, mercado, bebidas, etc., se ubica un lugar adecuado con un pozo “bonito” para, en la orilla del rio, prender la estufa de leña armada con piedras del mismo entorno, para preparar el sancocho mientras los demás participantes del grupo generalmente familiar y de amigos, disfruta del agua y los juegos que generalmente incluyen un balón y los flotadores inflables para los niños y para aquellos quienes no saben nadar.   No falta quien un poco alejado sentado en una piedra contempla en silencio este cuadro.

Nuestro plan contiene elementos que ha valido la pena rescatar de este tipo de tradiciones, pero considerando los nuevos hábitos de los participantes, las medidas de prevención y seguridad, los mejores posible estándares de calidad y de servicio adaptados a este tipo de planes, las expectativas de nuestros clientes, y otras condiciones tomadas de la retroalimentación que al final de cada actividad, hemos realizado.    Por eso, intentamos ofrecer rutas para todos los gustos, con caminatas más o menos exigentes, incluyendo actividades recreativas para niños y adultos, con actividades de aventura, actividades experienciales, actividades deportivas, o simplemente contemplando la naturaleza.

El desconocimiento del hombre urbano, citadino y moderno sobre el mundo natural que le rodea crea en él una indiferencia que se refleja en conductas perjudiciales para la conservación de la calidad del entorno natural y del medio ambiente.   La educación ambiental combinada con actividades recreativas, pretende transformar esta perspectiva promoviendo un cambio en la información, las ideas y los hábitos del individuo de modo que podamos construir sociedades que sean más conscientes de cómo sus actos cotidianos pueden ayudar a mejorar o empeorar la contaminación de los ríos o el aire de las ciudades, la limpieza de las montañas o la protección de la flora y fauna silvestre y nativa. Intentar enseñar a la gente, con frases impactantes o solo con palabras, la responsabilidad que tiene nuestra generación de no destruir el patrimonio natural que hemos heredado, es más complicado que lograr que la misma gente participe en actividades saludables al aire libre, para como en el caso que proponemos, visitar en una actividad recreativa y en condiciones adecuadas un río, para impactar los sentidos con cuadros y paisajes maravillosos, despertar la curiosidad en quienes tienen pocas o ninguna experiencia, y reflexionar sobre lo que queremos dejar a las futuras generaciones.

Al principio el objetivo de las campañas de educación ambiental era inculcar en los ciudadanos una serie de consignas sobre cuál debía ser su comportamiento respecto a la naturaleza, hoy por hoy se pretende a través de estas iniciativas recreativas, generar sensibilización por el cuidado de la naturaleza con actividades de campo y al aire libre que generen reflexión en sus participantes y grata recordación, tanto en niños como en adultos, considerando que en las edades tempranas es más sencillo desarrollar hábitos saludables e interesados por el cuidado de la naturaleza.

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