Las relaciones Interpersonales acompañan la realidad que trae una economía globalizada, la “hipercompetencia” ejerce presión en las organizaciones. Por esta razón, los gobiernos corporativos buscan continuamente estructuras que compensen las demandas del entorno, cuyo motor es el cambio constante y la incertidumbre.
La innovación estructural entre los colaboradores de una empresa impacta positivamente las relaciones interpersonales, el desempeño laboral y la productividad. Promover la integración y el trabajo en equipo derriban barreras entre los diferentes departamentos, elevan la moral de los trabajadores y mejoran la rapidez y calidad de las decisiones.
Hace dos décadas, algunas compañías como Volvo y Toyota introdujeron equipos de trabajo en sus procesos de producción y causó conmoción en el mundo empresarial, pues nadie más lo estaba haciendo. Actualmente, es común hablar de equipos de trabajo porque las prácticas empresariales exitosas han confirmado que estos superan el desempeño individual.
De igual manera, la ciencia administrativa ha demostrado que los equipos de trabajo son más flexibles y se adaptan mejor a los cambios, tienen la capacidad de reunirse y reenfocarse con rapidez y asertividad, además de generar sinergias positivas a través de esfuerzos coordinados que elevan el desempeño laboral.
La organización de equipos de trabajo crea el potencial necesario para que las compañías alcancen la productividad y la rentabilidad deseadas. Por esta razón, se reestructuran y se organizan continuamente en equipos de trabajo pues le facilita competir con mayor eficacia, sacando el mejor provecho de sus talentos.
Clases de equipos de trabajo según relaciones interpersonales
Los equipos se clasifican con base en sus objetivos y se denominan comúnmente como:
- “Equipos solucionadores de problemas”
- “Equipos autoadministrados”
- “Equipos transfuncionales”
Los equipos “solucionadores de problemas” se caracterizan porque sus miembros comparten ideas y brindan sugerencias sobre la forma en que se pueden mejorar los procesos de trabajo.
Los equipos de trabajo son relaciones laborales “autoadministradas” generalmente están conformados por 10 a 15 personas que asumen responsabilidades individuales y grupales. Esta estructura incluye el control colectivo sobre el ritmo del trabajo, la organización de las pausas y la selección colectiva de los procedimientos. Estos equipos seleccionan a sus miembros y hacen que cada uno evalúe el desempeño de los otros.
Por su parte, los equipos “transfuncionales”, compuestos por 20 a 25 colaboradores del mismo nivel jerárquico, pero de diferentes áreas de trabajo, se reúnen para desarrollar una tarea y coordinar proyectos complejos. Estos equipos permiten el intercambio de información y el desarrollo de nuevas ideas.
No obstante, el nombre y la definición atribuidos a los equipos de trabajo es irrelevante, dentro de una mirada global, pues su importancia radica en el establecimiento de objetivos comunes y en el compromiso de todos sus miembros para definir y enfocar acciones y decisiones positivas que impacten positivamente a la compañía. Un equipo bien conformado y enfocado actúa de inmediato y de manera positiva sobre la productividad organizacional.
Sin embargo, es importante: primero, tomarse el tiempo necesario para su creación y fortalecimiento; mientras sus miembros aprenden a trabajar con la diversidad y la complejidad que se requiere para establecer confianza, especialmente con personas con diferentes antecedentes, experiencias y expectativas. Segundo, reconocer las habilidades necesarias para su creación, pues para que un equipo se desarrolle efectivamente requiere personas con habilidades técnicas y relaciones interpersonales para resolver problemas y tomar decisiones atinadas.
En este sentido, el tiempo que se tome para conformar equipos de trabajo con el conjunto de competencias necesarias, define la calidad de la productividad empresarial, pues proporcionan dirección, impulso y compromiso alineado con los objetivos y visión organizacional.
Por ello es importante, realizar eventos empresariales, pues durante su desarrollo se encuentran las oportunidades necesarias para brindar el tiempo y el conocimiento que impacten en la coordinación y análisis sobre el valor de estos equipos, herramientas claves para alcanzar la productividad organizacional.