Clima Laboral, Experiencias

Acciones de liderazgo en un momento de crisis

Crisis empresariales

Las crisis que se pueden estar originando al interior de las empresas, y en sus procesos productivos como consecuencia de la expansión del coronavirus, son situaciones inesperadas que alteran el funcionamiento normal de una organización, para la cual los planes estratégicos y los presupuestos muy seguramente, que están pasando a un segundo plano, siendo necesario activar planes de choque de mayor o menor impacto, que pueden amenazar la imagen corporativa y afectar el clima laboral, las relaciones internas con sus colaboradores o externas entre la organización y sus clientes o de todos sus actores, quienes tienen hoy diferentes expectativas, pues en diferente medida, ya estarán siendo afectados de manera individual o colectiva, por otras situaciones diferentes a las de su entorno laboral y de negocios.

Han sido necesarias medidas inmediatas, como cambiar el modelo de trabajo tradicional al de teletrabajo, por ejemplo, para lo cual muchas de las empresas no estaban preparadas o simplemente no lo tenían en sus planes, pero ha sido necesario improvisar en este modelo para evitar o mitigar los daños, e intentar convertirlos en una nueva oportunidad para sostener el crecimiento y transformación laboral, sin afectar de manera importante la productividad.

Algunas de las emociones más frecuentes que se podrán evidenciar durante el presente clima de crisis en las empresas, son el estrés, el desconcierto, la sensación de descontrol, y como consecuencia, la rabia y el sentimiento de culpa, dependiendo de cómo se vayan dando los resultados. De igual manera, son frecuentes conductas como el apego a los patrones del pasado, debates, discusiones y controversias para romper paradigmas, generando además por momentos, una fuerte resistencia al cambio. En estos contextos de crisis los líderes son una pieza fundamental para promover la motivación, las buenas relaciones, brindar la seguridad y la transparencia necesarias para mitigar las reacciones adversas, y mantener un buen nivel de compromiso de todos los colaboradores, en todos los niveles.

Enfrentar la crisis

En tiempos difíciles como los que se están viviendo; y como consecuencia de una pandemia de la cual no se conoce claramente su comportamiento, por lo que las sociedades no estaban preparadas y las empresas mucho menos, un liderazgo fuerte y seguro es clave para la supervivencia de la empresa, pues lo único seguro es la inseguridad, los constantes cambios y la improvisación, en un escenario en donde reina la incertidumbre, para lo cual, tener un buen guía será fundamental para alcanzar los objetivos propuestos en los equipos de trabajo de una organización, pero en tiempos de crisis, se necesitará más que un simple dirigente para conservar un liderazgo positivo, siendo éste el momento en el que los grandes líderes se pondrán a prueba.

En esta crisis la confianza será el valor más importante, pues por naturaleza todos buscan a su líder para saber que hay que hacer o para tranquilizarse, de igual manera en momentos de teletrabajo, el líder debe depositar toda su confianza en su equipo y pensar que cada quien está haciendo lo que le corresponde en el momento oportuno. Si un líder proyecta miedos, inquietudes o inseguridades, estos sentimientos se transmiten contagiando los equipos de trabajo de manera más rápida que el mismo coronavirus.

La necesidad de transmitir tranquilidad y optimismo afirmando que todo va a salir bien, es una constante en momentos de crisis, por lo que el valor de la honestidad es muy importante, considerando que exagerar los cálculos o subestimar la situación real no ayudará a producir valor, por el contrario, aumentará la incertidumbre. Los líderes deben adueñarse de la situación ya que sus equipos necesitan de alguien que los oriente y en quien puedan confiar, no alguien que simplemente los tranquilice.

Como Ser un buen Líder: 

Las verdaderas pruebas de liderazgo no se producen cuando todo está tranquilo y sin problemas, las crisis generalmente son impredecibles y eso significa que los líderes no tienen tiempo para prepararse, sino que se hace necesario, sacar una varita mágica y tomar decisiones sobre la marcha teniendo que ser no solamente rápidos sino también calculadores, contundentes y efectivos en sus actos. Es por esto, que los resultados de sus decisiones durante esta crisis que seguramente será prolongada, permitirán su reconocimiento o su censura: “salir en hombros o por la puerta de atrás”, dependiendo de los resultados.

La resiliencia será hoy el valor corporativo de mayor importancia y sobre el que habrá que trabajar para fortalecer.

Veremos en el futuro empresas resilientes con capacidad para afrontar y sobreponerse con éxito a una situación desfavorable, de riesgo o amenazadora, y para recuperarse adaptándose positivamente ante las circunstancias, sin comprometer su propia identidad, y sacando el mejor provecho de aprendizaje de estas experiencias, convirtiéndolas en camino hacia el perfeccionamiento de sus procesos, por encima del simple mecanismo natural que garantice su supervivencia.

La pregunta es (…) ¿qué tanta presión y perturbación podrá resistir la empresa y sus equipos de trabajo antes de llegar a un punto cero de retorno?

La característica que diferencia a la resistencia de la resiliencia es que, en el segundo concepto, los equipos de trabajo no sólo se limitan a sortear las consecuencias, sino que emergen transformados por las experiencias de la adversidad.