En Colombia, los beneficios y aplicaciones del teletrabajo se encuentran definidos en el decreto 884 del 2012 y en la Ley 1221 de 2008 como “una forma de organización laboral, que consiste en el desempeño de actividades remuneradas utilizando como soporte las tecnologías de la información y comunicación para el contacto entre el trabajador y la empresa, sin requerirse de la presencia física del trabajador en un sitio específico de trabajo”.
Estas normas fueron establecidas con el objeto de incrementar los niveles de productividad de organizaciones públicas y privadas, generar una movilidad sostenible, mejorar la calidad de vida de los trabajadores y promover el uso efectivo de la tecnología.
Sin embargo, estos beneficios, como consecuencia de la crisis sanitaria actual, se han fragmentado debido a las malas prácticas con que se están abordando. De hecho, la nueva realidad contradice los efectos positivos de la transformación y de las economías digitales que desde el Ministerio del Trabajo se venían divulgando antes de la pandemia.
El obligado confinamiento en el que la humanidad está inmersa ha sacado a la luz las dificultades para ejercer esta práctica de una manera sostenible y saludable para quienes la practican, impactando negativamente el rendimiento laboral.
La carrera por salvaguardar la productividad y ganarle la partida al desastre económico mundial ha forzado a los gobiernos corporativos a establecer exigencias laborales nunca antes imaginadas y los efectos negativos entre los trabajadores no se han hecho esperar.
Si bien, los estudios sobre esta práctica arrojaban resultados positivos sobre la productividad, los costos, la calidad de vida y la apropiación de las nuevas tecnologías, el mal manejo de esta práctica, en la mayoría de empresas, está diluyendo estos beneficios.
La confianza por trabajar en equipo a distancia a través de herramientas tecnológicas se ha debilitado, en algunos casos, por falta de protocolos al no saber separar los tiempos laborales y de ocio desde los entornos domésticos.
Por esta razón, es fundamental establecer acuerdos y metodologías organizacionales flexibles para equilibrar los tiempos laborales y personales de los trabajadores.
Estrategias para teletrabajar:
Para mantener un buen clima organizacional, durante la práctica constante del teletrabajo, los líderes deben mantener la motivación, concentración y productividad de sus colaboradores, que solo se consigue estableciendo acuerdos sobre los horarios de trabajo y creando cronogramas y metas de cumplimiento semanales.
Lo recomendable es construir una comunicación transparente con los líderes de los equipos de trabajo sobre las tareas y resultados esperados, con el fin de desarrollar competencias que faciliten la gestión del tiempo para entregar resultados. Los colaboradores deben ser conscientes sobre la importancia del trabajo por metas, proyectos y resultados.
Establecer límites a la jornada laboral es fundamental para que el trabajo sea placentero y no genere estrés. Darle más importancia al trabajo que a la vida privada es un error recurrente que terminará agotando y desanimando a los trabajadores, disminuyendo la productividad empresarial. De ahí, la importancia de desconectarse de las tareas y de los dispositivos de comunicación para permitirle un descanso a la mente.
Aprovechar el tiempo es otra estrategia fundamental que los trabajadores deben adoptar para lograr una mejor productividad y bienestar personal. Lo ideal es trabajar con plataformas que informen automáticamente sobre las actividades y que cuenten con métricas para que los líderes y los mismos colaboradores autoevalúen el desempeño de cada jornada y proyecto.
En este sentido, es primordial involucrar a la familia en las dinámicas del teletrabajo para definir los tiempos laborales y familiares. La idea es llegar a acuerdos para que ningún espacio sea vulnerado.
Analizar y desarrollar la capacidad de autogestión individual también marcará la diferencia durante esta práctica. Si bien, los gobiernos corporativos son los responsables de facilitar las herramientas y metodologías necesarias para su desarrollo, cada colaborador debe gestionar sus propios valores de disciplina, responsabilidad, proactividad y compromiso, para alcanzar niveles de desempeño que contribuyan a las dos partes.
La madurez laboral debe primar durante el teletrabajo para no dejarse llevar por las tareas domésticas y responsabilidades familiares. Recuerde que se debe estar conectado con los jefes y compañeros de trabajo, responder llamadas, correos y mensajes y cumplir con las entregas, todo enmarcado dentro de los valores anteriormente mencionados.
Al comprometerse con estas buenas prácticas se reivindican los beneficios del teletrabajo, marca la calidad del trabajo y mejora la calidad de vida de los trabajadores. Llegó la hora de sacarle partido al teletrabajo siguiendo estrictamente una metodología de implementación integrada por el compromiso institucional, la planeación, la autoevaluación y la responsabilidad que esta modalidad conlleva.